Aprendamos de la luna, ella es capaz de brillar hasta en la oscuridad...

Cuantas veces he pensado esto, sobretodo haciendo un ejercicio de intentar comprender a un elemento esencial como el sol, para mantener nuestro ecosistema terrestre. El ilumina el día, y hace que todos los procesos necesarios para la vida en la tierra se puedan realizar y poder seguir, este camino tan bello que es la naturaleza. Pero siempre nos olvidamos de la luna, por que hace su aparición en la noche cuando la gran mayoría del mundo duerme y descansa, para volver a ver salir el sol obviando el hecho de que la luna, es su fiel compañera que trabaja por él cuando él descansa (metafóricamente hablando).

                                                            

                                                        

Arropada por las nubes soporta el frío de la noche, para reflejar la luz de ese amigo tan incondicional como es el sol. Ella sabe de oscuridad, pero también sabe la belleza y el aprendizaje que trae. En la oscuridad las estrellas brillan brindando un paisaje sin igual y unas vistas dignas de resplandecer a los dioses. La oscuridad nos apaga pero como ella la luna, tenemos que saber apreciar donde están las luces y apoyarnos en ellas para seguir el camino. El sol da la luz en el día, la luna es capaz de aún en peores condiciones reflejar su luz y ser tan bella aún estando a oscuras de noche. 

El día es precioso y nos hace agradecer cada uno que podemos pasar despiertos y vivos, pero no sería nada sin la noche. Apreciamos la luz por que sabemos lo duro que es vivir en oscuridad y por eso sé la importancia que tiene ser luna, puesto que en esos momentos saber apreciar y aprovechar las luces para aún así seguir brillando es lo mas grandioso que podemos aprender, de esta preciosa compañera de las noches más largas...